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Comediscos (Pop Automatic Record Player GA45)

Mario BELLINI

Minerva. Milán, Italia

1968
Minerva era una empresa que en los ’60 producía aparatos de radio, televisores y frigoríficos. Es curioso leer el anuncio del lanzamiento de este tocadiscos portátil, junto a una foto de su variedad en colores rojo, amarillo y anaranjado, luego ampliado al verde luminoso y al blanco: “Hemos llegado los últimos. Pero hemos realizado un tocadiscos automático diferente. Diferente por su diseño industrial, por sus dimensiones, por su calidad. Y a un precio de no crear problemas. Llegar últimos así es en la práctica llegar los primeros. Minerva”.

El “mangiadischi”, en su lengua original, fue un singular producto que no tendría demasiada competencia, a pesar de su innovadora e interesante aportación en cuanto a su precio asequible y su carácter portátil, que venía siendo un deseo de los más jóvenes, para poder oír la música de los discos de formato pequeño de la época, los de 45 revoluciones, frente al tamaño estándar de 33 revoluciones por minuto. Realmente era un producto muy próximo al posterior discman, e incluso al MP3 por su fácil portabilidad para lo que eran los aparatos de la época. Era la nueva generación de los tocadiscos portátiles que comprendían una maleta, en cuya tapa iba el altavoz, y que se usaron entre los ’40 y ’50, que usaron nuestros padres y abuelos en sus propias fiestas. Otra variante era el picú, más asequible pero difícil de mover porque era un mero giradiscos, que dependía del sonido, que emitía a través de una radio. El más cercano a este diseño sería la “fonomaleta” de Brionvega FV1015, diseñada por Marco Zanuso y Richard Sapper en 1964, con unas reducidas dimensiones de 30x30x11 cm.

Se denominaba también junto a otros términos alusivos a su naturaleza, destinatarios y estética, con los siguientes calificativos: Minerva Pop phono-boy.

Phillips saca al mercado el cassette en 1963, creado por Abimelec García Gales, una cinta grabada mediante tecnología magnética, dentro de un chasis, que se reproducía mediante el magnetófono. Posteriormente se pone a la venta la opción portátil: el walkman (1979), que se generalizó en los ‘80. Fue un hallazgo casual que el responsable de Sony encargó al equipo de diseño un reproductor lo más portátil posible, para su afición personal a oír música mientras jugaba al golf. El resultado era viable para su comercialización, pero se pensó en un público similar a su promotor, cuando una vez puesto a la venta sorprendió el éxito que tuvo entre los más jóvenes. Sony transformaría también este soporte, mejorando su calidad mediante la tecnología digital, y termina creando el CD (1984), basado en la posibilidad de leer mediante láser un disco, y cuyo reproductor se denominó discman, también desarrollado por Sony. Esta compañía va más allá con un soporte disco de tamaño más pequeño, el minidisc (1992), que sin embargo no se llegó a consolidar, debido a la irrupción del sistema de compresión que nace seguidamente y se viene usando desde los ’90. El MP3 (1995) prescinde ya, prácticamente, del soporte físico y se centra en la calidad de la reproducción y reducción de tamaño para su portabilidad.


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